EL EMPERADOR Y SU TRAJE
- Señor, aquí le traigo un traje muy especial que solo puede ser visto por las personas verdaderamente inteligentes. ¿Decidme si os gusta majestad?
El emperador que no quería pasar por tonto y declaró estar encantado con esta nueva creación. El sastre hizo el ademan de vestirlo con el traje, y al verse al espejo, el emperador solo se vio en ropa interior.
Afirmo nuevamente que esta era la mejor de sus creaciones y con paso firme marcho para presentarse ante los cortesanos, que como siempre lo adularon, y más al saber que solo los inteligentes podrían ver tan majestuosa pieza de alta costura.
Por el fondo se percató que había un tímido murmullo, cuando de repente un joven pastor sin pudor le dijo que estaba en ropa interior. Al ver que su primer ministro enrojecía, le pregunto si lo que decía aquel joven era verdad, y en efecto se lo confirmo.
Avergonzado por su gran vanidad el emperador hecho de su lado a todos los cortesanos aduladores y conservó como consejero al joven pastor, que con su humildad hizo que las decisiones de su majestad fueran cada día mejores y más sensatas.